Las bibliotecas públicas se han adaptado a distintos tipos de público. El infantil tal vez sea el más específico y sobre el que más se ha escrito y trabajado, pero los adultos mayores también presentan necesidades e intereses específicos que pueden y deben ser atendidos desde la biblioteca.
Estados Unidos y Canadá son dos de los países que más camino llevan andado en este sentido, con portales específicos para usuarios de la tercera edad. En nuestro entorno se ha avanzado, pero la situación varía mucho en cada lugar.
Actividades divertidas en la biblioteca
La biblioteca pública ofrece muchas actividades a los diferentes tipos de usuarios que se encuentran en sus años dorados. Debemos pensar que si el usuario goza de un buen estado de salud, dispone de tiempo libre y por lo tanto puede plantearse retos que no había abordado hasta ese momento, podría aprender a usar el computador, enviar un correo electrónico, aprovechar las redes sociales y todo lo referente al internet de las cosas.
En algunas bibliotecas se pueden encontrar actividades como: cine foro, club de adulto mayor, yoga, taichí, talleres de escritura y lectura entre otros, hasta una "Huertoteca" que es un lugar de siembra urbana gestionado entre la comunidad y los funcionarios para experimentar y generar espacios donde se puedan compartir sus conocimientos sobre este tema. La edad no es una limitación, en este caso es un plus.
Para muchos adultos mayores, su conocimiento de la biblioteca se limita a acompañar a sus nietos a la zona infantil durante sus ratos de ocio o vacaciones escolares. Es importante que conozcan bien la biblioteca, sus salas y sus servicios.
Introducir el adulto mayor en el círculo cultural de la biblioteca
Las personas de edad son una fuente de sabiduría que no debe perderse, y la biblioteca puede aprovechar ese caudal para enriquecer su entorno. Si la experiencia es satisfactoria, no solo estamos contribuyendo a mejorar su autoestima, sino que pueden ejercer como polos de atracción de nuevos usuarios a la biblioteca.
Las personas mayores también tienen su sitio en la biblioteca. La vocación de servicio y la necesidad de dar respuesta a una realidad social y demográfica cada vez más tangible así lo demandan. Al final, también estamos invirtiendo en salud pública, mantener la mente ágil es el mejor seguro de vida contra las demencias y las enfermedades degenerativas. La biblioteca pública también es calidad de vida.
¿Ya visitaste la biblioteca de tu zona? ¡Cuéntanos cuál es tu actividad favorita!
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